sábado, 15 de marzo de 2014

"Cinco obras de literatura infantil". Columna de libros en @ttlimite






En los últimos años, es notable el interés que varias editoriales le han prestado a los textos infantiles. Y, más allá de las siempre presentes necesidades del mercado, podemos permitirnos una lectura un poco más optimista: frente a tanto discurso en torno al fin del libro y a su reemplazo por algún avance tecnológico, todavía siguen saliendo de imprenta libros y libros dedicados a los más chicos que transforman a tal o cual ejemplar en lo que debe ser desde un principio: un objeto dotado de la más insospechada y cautivante magia. Aquí, cinco recomendaciones de libros dedicados a los inocentes y voraces lectores. Y, también, dedicado a los más chiquitos. 




Benjamino, de María Teresa Andruetto
El nombre de María Teresa Andruetto ha quedado ligado a la literatura infantil desde que ganara en 2012 el premio Hans Christian Andersen de Literatura Infantil, un galardón considerado el Nobel de esta muy específica rama de la literatura. La reedición de Benjamino, un libro aparecido por primera vez en 2003, es una buena excusa para comprobar las notables habilidades de la escritora reconocida, ahora sí, internacionalmente. Benjamino cuenta la historia de un niño muy, muy pequeño que recurre a su inteligencia, su picardía, para resolver más de un entuerto. Basado en los relatos tradicionales italianos –que la autora reconoce como presentes en su propia familia-, el libro es ya un infaltable en su catálogo y una muy recomendable publicación que mezcla un relato interesante con lo más tradicional de una parte importante de nuestra herencia europea.

Kafka y la muñeca viajera, Jordi Sierra I Fabra
Escribir un texto con o de Kafka dedicado a los más chicos es un reto que muy pocos han podido sortear. ¿Quién no se angustió terriblemente tras leer El proceso o La metamorfosis? Bueno, Jordi Sierra I Fabra, escritor catalán, lo ha conseguido, y con creces, tras escribir este breve relato que parte de una anécdota real en la vida de Kafka: su encuentro con una niña en un parque que no puede más de tanto llanto. Luego de averiguar que las lágrimas de la niña eran derramadas porque había perdido a su muñeca, el personaje de Kafka (un año antes de su muerte) decide contarle que su muñeca, en realidad, estaba de viaje, y él mismo redacta las cartas que la muñeca le enviara a su antigua dueña contándole los detalles de sus travesías. El autor, con este breve libro para primeros lectores, logra mostrarnos una figura de Kafka un poco más alejada de la depresiva idea que la mayor parte del mundo tiene.

Puro Ojos, de Elsa Bornemann
Eleonora es, como toda niña que puede desplegarse en su mundo imaginario, una chica inquieta que transforma lo que dibuja en parte integral de su mundo, o extiende los límites del cuaderno para pintar lo que le rodea. Ele (así la llaman) conoce un día a Joaquín en una plaza, y más allá de las aventuras que le quedan por delante, lo que también encuentra en su nuevo compañerito es un primer, tímido amor. Este libro es otra reedición de un ya clásico trabajo de literatura infantil nacional: aquí, el texto cuenta con las anotaciones finales que dejó Elsa Bornemann, fallecida para pena de sus muchos lectores a principios del año pasado, quien, junto a este libro, ha dejado una obra rica en perspectivas y sumamente recomendable para primeros lectores.

Niña, de Enrique Vila-Matas
Aquí tenemos un inconveniente: el libro acaba de salir en España en una colección llamada Mi primer… y el nombre de un gran autor, como Mi primer Javier Marías o Mi primer Almudena Grandes. Editados por Alfaguara Infantil, la idea de la colección es sacar libros de escritores reconocidos internacionalmente y dedicados a un público más “adulto” pero que, en esta oportunidad, se concentren en escribir trabajos dedicados a los infantes, quienes, a veces, expresan de manera mucho más clara e inmediata su descontento o alegría luego de haber terminado un libro. Aquí, Vila-Matas cuenta la historia de Niña, una chica que se mete de lleno a navegar y recorrer el mundo del alfabeto y que terminará en… Bueno, eso no lo podemos decir, claro. Una propuesta más que interesante que, seguramente, en muy poco tiempo llegará a nuestras costas.

El día que cambié a mi padre por dos peces de colores, de Neil Gaiman

Aquí nos permitimos hablar de un libro que es un clásico de la “nueva generación”, digamos, de escritores y lectores del género de literatura infantil. ¿Por qué digo “nueva generación”? Porque Neil Gaiman, autor de historietas imprescindibles como The Sandman, entre muchas otras, no es el clásico escritor de relatos infantiles y, sin embargo, toda su obra –aparecida desde finales de los ochenta para acá- tiene esa resabio a sueño infantil. Con este libro, da el puntapié inicial a su incursión en la literatura para chicos con una historia que nos muestra a un niño obsesionado con los peces de colores de su amigo, tan obsesionado que llega al extremo de cambiárselos por su papá, un tipo que se pasa todo el día en su casa leyendo el diario. Claro que, una vez que la madre se entera del trato, obliga al pequeño Nathan a deshacerlo, abriendo la puerta a la aventura, claro. Ilustrado por el genial Dave McKean, el relato –por momentos libro de cuentos, por momentos historieta- es impresionante, cautivante, y puede perfectamente llevar al adulto que se atreva a comprarlo a tener mucho cuidado con la manera en que los niños miran a las mascotas de sus amiguitos. 

Columna transmitida originalmente en la edición del 12 de marzo de 2014 en el programa de FM Blue 100.7 Todo tiene un límite, conducido por Corina González Tejedor. Click aquí para leer la nota en la web del programa. 

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